El niño de escuela primaria que bautiza “cuatro ojos” a su compañero
miope, será quizás, de mayor, un humorista.
Pero el niño de escuela primaria que bautiza “cuatro ojos” a un
compañero miope con navaja, será, desde entonces y para siempre, un
imbécil.
Hernan Casciari, en Orsai hace ya algún tiempo en un (como siempre estupendo) articulo sobre donde acaba nuestra libertad.